sábado, 21 de marzo de 2009

Cumbres Borrascosas

Título original: Wuthering Heights
Autor: Emily Brönte
Año: 1847
Bibliotecas: Sagrada Familia, Castrillón, Fórum, Infantil-Juvenil, Monte Alto

Cumbres Borrascosas es la novela gótica por excelencia. Personajes torturados, amores imposibles, paisajes naturales, elementos sobrenaturales...
En cuanto a su estructura es un tanto curiosa, es el diario del señor Lockwood, quien conoce a uno de los protagonistas de esta historia, y que cae enfermo poco después. La mujer que lo cuida le cuenta esta historia, ocurrida muchos años antes, y Lockwood la anota. Curado, se marcha, y mucho más tarde, regresa al lugar y encuentra a quien lo cuidara, que le narra los últimos acontecimientos, ya actuales, el final de la historia.
Este recurso del diario sólo sirve como excusa para la narración, ya que Lockwood no tiene la menor importancia en Cumbres Borrascosas.

Respecto al argumento, es muy enrevesado, como una telenovela a la antigua. Comienza con una familia acaudalada formada por un viudo y sus dos hijos (aun niños) que adopta a un niño gitano. Los problemas comienzan cuando el padre fallece y el hijo mayor se hace con la casa, rebaja al puesto de criado al gitano que su padre tratara como a otro hijo (Heathcliff), y de quien su hermana, Catherine, está enamorada.
No es ni de lejos una historia al uso, ya que los personajes son retorcidos, extraños y malvados, y ellos mismos dibujan su triste destino.

Un clásico imprescindible.

Fragmento:
(Tras la muerte de Catherine) "¡Que despierte entre tormentos! -gritó con terrible vehemencia (...)-¡Vaya, ha mentido hasta el final! ¿Dónde está? No allí... no en el Cielo... no muerta ¿dónde? ¡Oh, dijiste que no te importaban mis sufrimientos! Yo no rezaré más que una oración..., y la repetiré hasta que la lengua se me entumezca... ¡Catherine Earnshaw, que no descanses mientras yo viva! ¡Dijiste que yo te había matado... persígueme entonces! Los muertos persiguen a sus asesinos, según creo. Sé que hay fantasmas que vagan por la tierra. ¡Quédate siempre conmigo -en cualquier forma-, vuélveme loco! ¡Pero no me dejes en este abismo donde no puedo encontrarte! ¡Oh, Dios, es indecible! ¡No puedo vivir sin mi vida, no puedo vivir sin mi alma!"